domingo, 21 de abril de 2013

Contaminación Lumínica

La contaminación lumínica puede definirse como la emisión de flujo luminoso de fuentes artificiales nocturnas en intensidades, direcciones, rangos espectrales u horarios innecesarios para la realización de las actividades previstas en la zona en la que se instalan las luces.
Un ineficiente y mal diseñado alumbrado exterior, la utilización de proyectores y cañones láser, la inexistente regulación del horario de apagado de iluminaciones publicitarias, monumentales u ornamentales, etc., generan este problema cada vez más extendido.
La contaminación lumínica tiene como manifestación más evidente el aumento del brillo del cielo nocturno, por reflexión y difusión de la luz artificial en los gases y en las partículas del aire urbano (smog, contaminación), de forma que se disminuye la visibilidad de las estrellas y demás objetos celestes.

Efectos sobre la salud

No existen estudios que hablen acerca del grado de afectación de la luz artificial sobre el hombre, aunque en ciertos casos curiosos parecen apuntar hacia una conexión entre el uso de bombillas de Vapor de Mercurio (luz blanca) y la exteriorización de mayores índices de agresividad.
Recientemente, se ha descubierto que el uso de luces tipo "LED" en habitaciones de niños pequeños es desaconsejable porque produce alteraciones en el sueño.Hay un caso de trastorno evidente: el de aquellas personas que en verano necesitan imperiosamente abrir la ventana para dormir y no pueden hacerlo si tienen la mala suerte de tener un foco luminoso frente a ella. Esto produce alteraciones en la vida social, que si no se remedian pueden llegar a ser graves. Los posibles síntomas de la falta de sueño gracias a las luces demasiado potentes son usualmente: sueño inquieto, ausencia de reposo, insomnio, cansancio y nerviosismo.
En 2012 fue publicado un estudio capitaneado por neurocientíficos de la Ohio State University Medical Center, financiado parcialmente por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, que sugiere que exponerse por la noche a fuentes lumínicas, como pantallas de ordenador o televisión alteraría el ciclo luz-oscuridad provocando desajustes que serían causa de depresión, además de modificaciones en el hipocampo, disminución de la densidad de las espinas dendríticas y aumento del factor de necrosis tumoral (TNF). Estudios anteriores encontraron relación entre contaminación lumínica nocturna y y mayor riesgo de cáncer de mama y obesidad. El informe dice además que el incremento de la tasa de trastornos del humor guarda relación con el incremento de la contaminación lumínica nocturna en las ciudades durante los últimos 50 años

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